Los casos más terroríficos que suceden en un Quirófano


Estas son las cosas mas horribles y menos pensadas que muchas veces suceden en un Quirófano.


Despertar en medio de una operación


Por desgracia es un peligro real y se estima que, una de cada 1.000 personas que son intervenidas quirúrgicamente en el mundo, se despierta durante la operación. Normalmente no se recupera totalmente la conciencia y sólo se recuerdan fragmentos de la conversación del personal sanitario o un leve malestar. Las técnicas han avanzado mucho y cada vez existen más métodos de monitorear al paciente; por lo que, cuando se detecta que está recuperando la conciencia, simplemente se aumenta la dosis de anestesia.

Pero existen multitud de testimonios de individuos que sentían como su cuerpo permanecía inmóvil; incapaces de avisar que estaban despiertos, no podían gritar, ni tan siquiera llorar, y nadie parecía darse cuenta de que sentían dolor cuando cortaban sus cuerpos y urgaban en sus órganos. Incluso los que no sentían dolor, podían percibir claramente cómo manipulaban su interior, y escuchar con claridad cómo su carne se desgarraba. Sin duda una de las mayores agonías que se pueden vivir.

Abusos sexuales mientra se está sedado


Son varios los casos probados y en los que se ha sentenciado a varios años de prisión a médicos y enfemeros que, aprovechando que los pacientes estaban bajo los efectos de la anestesia, violaron a sus víctimas, la mayoría nunca supieron nada o no podían probar lo sucedido pues ni ellas mismas sabían si había pasado realmente, ya que seguían atontadas después de la intervención.

Robo de órganos en la sala de operaciones


Esta es la única leyenda urbana en la que no he podido encontrar casos reales probados. La historia contaría el caso de personas, a las que por ejemplo, se les saca un riñón sano alegando que era necesaria la operación para posteriormente trasplantar el órgano a una persona que pagaría grandes cantidades de dinero a los médicos.

Pero éste no es el caso más escalofriante, otras versiones de la leyenda aseguran que incluso muchas víctimas morirían en la mesa de operaciones en intervenciones quirúrgicas que eran teóricamente rutinarias (como una apendicitis) o simplemente no eran necesarias. De este modo, médicos sin escrúpulos podrían extraer los órganos de la víctima en las condiciones óptimas, en un ambiente esterilizado y sin despertar muchas sospechas.

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