Una legión de demonios atormentaron a soldados del CAME en Honduras


Hace unos meses, los medios de comunicación en Honduras dieron a conocer la noticia que una supuesta legión de demonios se había apoderado de las barracas del Centro de Adiestramiento Militar del Ejército (CAME).




El Centro de Adiestramiento se situaba en una zona montañosa y aquí los soldados aseguraron que los espíritus les habían dado 20 días de plazo para que abandonaran las instalaciones.

Los familiares y amigos de los muchachos que estaban en este centro militar, se sentían angustiados y nerviosos, porque muchos cadetes y oficiales aseguraron haber visto al demonio.

Ante la situación, intervino el Hospital Militar de la zona, porque algunos soldados experimentaron crisis nerviosa.

El extraño hombrecito de baja estatura


Según los soldados, en las barracas aparecía un hombrecito de baja estatura, como especie de duende, así como se conocen popularmente en los pueblos.

“El demonio les hablaba y les decía que en un lugar de allí hay un entierro y que lo fueran a buscar todos los que tenían el número 18 en el casco”.

Desde entonces se generó la crisis y muchos de los soldados comenzaron a presentar comportamientos extrañas, “primero se les cambian los ojos, tuercen la cabeza, caen desconcertados en el suelo, gritan y se golpean bastante”, narraba un soldado, testigo hospitalizado por crisis nerviosa.

El plazo para desalojar


Contaron los soldados que la legión de demonios les dieron 20 días para desalojar el CAME.
Ante este tipo de fenómenos paranormales, los soldados comenzaron a realizar oraciones, pero la noche del lunes, antes de dormir cuando empezaron a invocar a Dios, cayeron inconscientes 12 muchachos, entre ellos un sargento.

Debido a la gravedad del asunto, llegaron sacerdotes y pastores al CAME, y por medio de ellos, el demonio hablaba, “les decía que les daban 20 días para que todos se fueran, porque no quieren ver a nadie en el CAME, sino los iban a ver en vivo (al demonio)”, aseguró un testigo.

Los militares llegaron al grado de solicitar "terminar el adiestramiento pero en otra parte, porque no pueden dormir y todo la noche pasan con las luces encendidas, porque dicen que tienen miedo”.


El final del tormento



Se sabe que el problema demoníaco surgió cuando uno de los efectivos se puso a jugar la tabla güija en la montaña y luego se enfermó. Le dieron de baja y los espíritus se desataron contra los demás efectivos.

Una joven indicó que las horas más difíciles eran entre las 12:00 o 1:00 de la mañana y cuando los pastores liberan al demonio se le pasaba a otro.

Finalmente se sabe que más de 50 efectivos se retiraron, porque no aguantaron otra noche más en el campamento. Estos elementos quedaron fuera de la institución, es decir, como desertores o inadaptados a la vida militar.

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