Mami, perdóname…


Un día del año 2003 en marzo un lunes cualquiera en un pueblo por el sur de Guatemala, estaba Marisa, un ama de casa haciendo sus tareas domésticas…




Ella era madre soltera de un niño un poco conflictivo llamado Federico, de 9 años de edad a veces se peleaba con algún camarada de clase y estaba harta la madre de ir por ello muchas veces al despacho del director de la escuela para hablar a los profesores de la mala conducta de su hijo.

Terminó pronto de limpiar casi toda la casa, pero para su sorpresa al pasar al cuarto de su niño Federico lo encontró ahí, serio, pálido mirando por la ventana, y con una gran cicatriz en la frente.

La señora entre sorprendida un poco enfadada le preguntó por qué no anda va estudiando a esas horas por la escuela como siempre, o si se peleaba con alguien y casualmente lo echaron a su casa, lo botaron del colegio; más el niño solo alcanzaba a responder una y otra vez “Mami, perdóname, por favor, perdóname yo te quiero mucho”.

Cuando al fin Marisa le quiso contestar llamaron a la casa y la madre tuvo que bajar al salón malhumorada para tender el teléfono… era el director de la escuela y la dijo que su hijo muchas horas antes en el recreo jugaba al escondite con los amigos pero al distraerse tropezó por una tapia muy alta y al caer se rompió el cráneo entero, murió en el acto.

Ese día la madre no se lo perdonó nunca y al colgar,antes del entierro de su hijo intentó buscarlo como antes pero no lo encontró ni en su cuarto donde se apareció por última vez….ya solo quedaban gotas de sangre donde el estaba antes y una voz en la lejanía de ultratumba resonó una vez más en la lejanía, desde la ventana abierta….”Mami, perdóname, yo tkm”.

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Comentarios

  1. Tienen que morir para darnos cuenta de lo mucho que se quieren?
    Daría mi vida por cada uno de ellos y mataria a cualquiera que se atreviera a tocarlos.... Dios no permitas que los niños sufran.

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